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Shiori Matsumoto |
Oía
voces, y un día se la llevaron.
No
pudo resistirse.
Lo
intentó.
Les
roció con espray de carmín coral.
Amenazó
con cortarse el liguero negro de los sábados.
Oía
voces...,
decían:
“¡Salva a
las abejas!”
Y
ella sacaba su mejor y más afilado cuchillo,
y
en cuanto veía un omoplato cerca de una flor
se
echaba
a
llorar.
Y
ya no veía más que omoplato y cuchillo.
La
flor ya había partido.
Se
la llevaron y nadie sabe dónde está.
A veces oigo voces, son susurros que me envuelven, pero no logro verlas... Sí, a veces oigo esas voces y por ahora solo hay cuchillos de plástico y sin derecho a los de verdad... No sé, creo que vinieron a buscarme y no me creían cuando yo decía que las voces, tan sólo me hablaban de amor....Ahora los rosales están exuberantes de rosas sin embargo es imposible cortar una sola... Morirán sin remedio perdidas en su aroma todas las abejas...
ResponderEliminarBesos!
PLAS PLAS PLAS, señora Kitman. Sólo puedo descubrirme ante la verdadera poesía. A la mierda la gorra!
EliminarBesos y reverencias